Usa zapatos cómodos, suaves y a la medida.

Utiliza calcetines o medias especiales o que no te queden apretados.

Las callosidades deben ser tratadas por un podólogo.

Lávalos a diario con agua tibia y jabón neutro. Nunca permitas que permanezcan sucios.

Corta las uñas en forma recta, nunca circular.

Nunca utilices tela adhesiva, banditas curativas u otros objetos que se adhieran a la piel.

Sécalos sutilmente con una toalla suave, sin olvidar entre los dedos.

Nunca los calientes con botellas o bolsas de agua caliente, ni almohadillas eléctricas.

Lubrícalos con lanolina o aceite. Nunca pongas aceite o lanolina entre los dedos.

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