Las vacunas están diseñadas para brindar protección contra enfermedades graves como el tétano, la poliomielitis, el sarampión, las paperas y la gripe, o influenza. Muchas mamás las consideran como la parte más importante de los controles de rutina en la consulta del pediatra.

Las vacunas se elaboran con versiones debilitadas de las bacterias o virus que producen una enfermedad en particular.

Cuando estos virus y bacterias se inyectan en el cuerpo o se dan oralmente, el sistema inmunológico prepara un ataque que estimula la producción de anticuerpos.

Una vez producidos, estos anticuerpos permanecen activos en el cuerpo del bebé y si alguna vez tu niño está expuesto a la enfermedad real, los anticuerpos estarán listos para hacerle frente.

¿Cuáles son los momentos adecuados para aplicarlas?

1ra. Hepatitis B Previene una enfermedad viral que afecta al hígado.

Tuberculosis o BCG Protege al bebé contra la bacteria Mycobacterium tuberculosis, la cual afecta principalmente los pulmones.

1ra. Pentavalente Previene tétano, difteria, tos ferina, influenza tipo B y poliomielitis.

1ra. Neumococo Protege al bebé de neumonía y meningitis.

2da. Hepatitis B (Refuerzo)

1era. Rotavirus Previene la diarrea causada por este virus.

2da. Pentavalente (Refuerzo)

2da. Neumococo (Refuerzo)

2da. Rotavirus (Refuerzo)

3ra. Pentavalente (Refuerzo)

3ra. Rotavirus (2° refuerzo)

3ra. Hepatitis B (2° refuerzo)

Anti Influenza Los protege contra el virus ARN, que afecta las vías respiratorias.

2da. Anti Influenza (Refuerzo)

1ra. SRP Previene el sarampión, la rubéola y las paperas.

4ta. Pentavalente (3° refuerzo)

DTP Protege al bebé de difteria, tosferina y el tétano.

2da. SRP (2° refuerzo)

VPH Desde el 2008 se aplica la vacuna contra el virus del papiloma humano en niñas de 11 años.

Compartir esta publicacion